Día 2 de Marzo de 2013.
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Aproximación a Peña Rueba:![]()
Asun y Laura respectivamente en el L1:![]()
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Segundo largo tras el paso duro:![]()
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Comenzando el expuesto flanqueo. Las ovejas se aprecian en la parte superior izquierda de la foto...:![]()
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Asun en plena chimenea. Abajo, el paso desplomado eb esa especie de bóveda:![]()
Carlos escalando en "Los Volaos". Al fondo el mallo Pisón:![]()
Varias semanas planificando los dos días que tenemos por delante y por fín había llegado el momento. En compañía de “La Pilla” (Asun) y “El Maño” (Carlos) como buenos conocedores de la zona, Laura y yo nos desplazamos al Reino de los Mallos para hacer una de tantas vías guapas que hay en esta escuela.
En “Sendero límite”, Peña Rueba:

Buen vino y suculenta la cena que nos preparan Asun y Carlos en su casa.
A medida que se llenan las copas, empezamos a hacer cada vez más y más grado sobre el papel…hasta tal punto de que no me digáis como, acabamos haciendo hasta pilates para bajar la cena.
Eso sí, la vía al menos para el día siguiente estaba casi dedicida; en principio la “Sendero límite (V+, 300 m.)” en Peña Rueba, risco situado en el municipio de Murillo de Gállego y a escasos kilómetros de Riglos.
El plan para el domingo a decidir sobre la marcha.
Temperaturas bajas y buena méteo por delante no obligan a madrugar el sábado, por lo que salimos tranquilamente desde La Muela, llegando a Peña Rueba al medio día.
La vía “Sendero límite” ha sido equipada por Julio Benedé y Luís Royo en el 2011. Buena roca y equipamiento más que generoso (reus equipadas con parabolts y cadena, parabolts en todos los largos con algún que otro cordino), no haciendo falta cacharros.
Los 10 largos de los que consta la vía son más bien cortos (unos 30 metros) y se pueden empalmar algunos con cuerda de 60 metros. Nosotros empalmamos L6 con L7 y L8 con L9 llevando 14 cintas expres y saltando algún que otro seguro, por lo que con 16/18 cintas se pueden empalmar sin ningún compromiso.
Laura saliendo del paso duro del L2:
Los largos que más nos gustaron fueron el segundo y el cuarto. El segundo (fotos anteriores) tiene un pequeño desplome en travesía ascendente hacia la derecha que más que físico es de colocarse y mirar bien.
El cuarto largo es quizá el más mantenido y vertical de toda la vía, con unos pasos muy bonitos desde que empieza hasta que llegas a la reu.
Fotos del L4, ¡¡ ambiente garantizado !!:
Superado el cuarto largo la vía tumba más y a excepción de algún resalte, se convierte en un terreno muy disfrutón.
En el L5:
Estando en la cuarta y quinta reunión cayeron una serie de piedras zumbado por nuestra derecha, algunas de tamaño más que considerable…
Asun y Carlos nos advierten con un “…¡¡ ovejas por arriba !!...”
Atónitos por ello, intentamos salir lo antes posible de estas dos reuniones para que no nos caiga ninguna oveja o piedra encima.
Nos juntamos los cuatro arriba. Las vistas son espectaculares y la pared solitaria nos ha brindado una jornada acojonante.
Aquí arriba nos preguntamos qué hacen cuatro ovejas, las que nos han tirado piedras al pasar de un lado a otro de las placas.
Queda el "divertido" descenso, nueva aventura tras las escalada.
No se puede bajar la guardia porque hay que hacer un gran flanqueo hacia la derecha por una serie de placas inclinadas y terrosas en las que un tropiezo o resbalón puede ser el último.
De esta forma, pasamos a la otra vertiente del risco donde enlazamos con la ferrata de descenso.
La verdad es que los aperturistas se han dado un buen curro con estas instalaciones, formadas por cables de acero, perrillos y hasta algún que otro rápel que nosotros no utilizamos por ser bastante factible destrepar, pero con mucho cuidado ya que el patio es considerable y no hay error que valga. Estando mojadas estas placas otro gallo cantaría…
Contentos y algo cansados tras la jornada, tomamos dirección Riglos para establecer el campamento base.
Ya en el bareto "El Puro", nos metemos una hamburguesa para cenar entre pecho y espalda de fliparla.
Allí nos juntamos con uno de los aperturistas y reequipador más activo de Riglos, una de las “viejas glorias” de la escalada en Aragón : Carmelo Torrijo, coautor entre otras de la vía famosa vía “Torrijos” (primera vía de La Visera en 1973).
Incansable después de tantos años en activo en esta escuela y aledañas, nos dá una lección de humildad, cosa tan poco común en estos tiempos que nos rondan.
Historias y aventuras vividas por él y compañeros de cordada de esas que no se cansa uno de oir y que amenizan el final del día, punto en el que nos habla sobre su última reequipación en el mallo Cored, en compañía de su amigo Adolfo "El Panadero", también de una de sus vías, la "Torrijo".
Día 3 de Marzo de 2013.
Nos levantamos algo perros. El día de ayer nos dejó a Laura y a mí cansados.
La Pilla y el Maño acostumbrados a estas palizas no denotan cansancio. Mientras desayunamos debatimos sobre lo que hacer hoy. ¿Volver a Peña Rueba a por la “vía de los Terceros”? ¿Hacer algo aquí en Riglos para cambiar?
Laura y Asun están algo resentidas de los hombros y pensamos en hacer algo que no suponga tirar mucho de brazos.
Las opciones no es que sean muchas por el tipo de escalada en esta escuela, pero para no repetir en el mallo Colorado, Cored o Aguja Roja que ya conocemos de otras visitas, al final nos decidimos por darle un tiento a “La Gripe”, una vía de corte clásico que discurrre por una chimenea situada justo a la derecha del “Espolón Adamelo” .
El paso más complicado (V+) está en un desplome que forma una bóveda al inicio del primer largo. Dedicido vamos para allá.
Le pega Carlos, dejando unos cintajos en los pasos más complicados del inicio para hacerlo en artifo y Asun le sigue de segunda.
Ya empezando ve que incluso con cintajos y el estribo es complicado salir de allí y que hay que tirar bastante de brazos hasta pasar el segundo seguro. Carmelo Torrijo que está por allí, sube y la ayuda a hacer un paso de hombros, hasta que no sin esfuerzo sale del paso.
Laura y yo no lo vemos claro y aunque quizá pequemos de prudentes por aquello de no forzar más el hombro de Laura, indicamos a Asun que recoja el material y que sigan ellos hacia arriba, pero finalmente rapelan desde la primera reu.
Es ya tarde para irse a otro sector, miramos aquí y allá pero a medida que pasa el tiempo a mí se me quitan las ganas de trepar y al final nos dedicamos a la vida contemplativa y el descanso.
Asun y Carlos deciden hacer alguna que otra vía en la zona de “Los volaos”, el nombre lo dice todo.
Nosotros les hacemos algunas instantáneas y damos un paseo.
Llega el momento de marcharse y en el parking nos encontramos con otra cara conocida, Juan Korkuerika, activo escalador y blogger al que ya era hora de conocer en vivo. ¡¡ Un placer Juanico !! Cuando te recuperes, a dar más guerra que nunca ;)
Esperamos volver en breve a la zona. Dejamos alguna más pendiente en Peña Rueba, el Pisón para cuando estemos más fuertes y a tope, y también conocer Morata de Jalón, donde hay quien dice que nunca llueve…
Nota: fotografías de Asun, Carlos y los Loros.
* * * Buenas escaladas * * *